Una vez trataron de hacernos el cuento del tío a mi familia, días después de que yo hubiese perdido mi celular en la micro. Contestó mi viejo el teléfono, decían que tenían a mi hermana secuestrada, y yo hice de inmediato el cruce con mi celular extraviado. Le dije confiado y con certeza a mi viejo de que la weá era falsa y que nos querían estafar, y que era mejor confirmar que mi hermana estuviera en la universidad como se suponía. Efectivamente era así.

Eso fue como hace seis años, y lo que me da mucha lata de la delincuencia importada de estos tiempos, es que hoy no podría estar tan seguro de que la weá fuese una estafa como lo estuve esa vez. Aunque sucedieron y sucedían secuestros antes, eran bien raros y por lo general no eran arbitrarios, entonces salvo que uno estuviera metido en weás raras, los secuestros eran una weá que sucedía solo en países bananeros distantes. No olvidar al cuico que se convirtió en meme por simular su secuestro. Así que el cuento del tío me parece mucho más preocupante y efectivo hoy, ahora que es más probable que la weá sea real, y no solo un tongo para abuelitas incautas.