Más allá de las injusticias puntuales provocadas por los excesos de las restricciones durante la pandemia, lo que atañen a los desaparecidos por la policía no corresponden a ningún gobierno. Ya de por sí es una institución muy podrida y corrupta, y si bien la gestión en general puede empeorar o mejorar según como se muevan los humores por arriba, ni Facundo Astudillo, ni Maldonado son responsabilidad de políticos de alto rango.

A todo esto, decir que a Astudillo lo mato la policía "de Kichiloff" o "de Berni" es caer en el mismo juego estúpido de los peronistas que te pararon el país y te ocuparon los medios durante un mes porque un hippie de ahogo en un río.

No caigan en la estupidez de politizar todo, los culpables son los policías, tanto los individuos puntuales como, en segundo lugar, la institución en sí.