PACTAR UN NUEVO CONTRATO SOCIAL - Una sociedad que no se base en el trabajo.
El trabajo había definido nuestra civilizacion hasta ahora, dándole contenido a la vida del ser humano. Sin embargo el progreso ha convertido el trabajo humano en algo innecesario, las nuevas tecnologías han cambiado todo el panorama y nos suplantan a todos a paso ligero.Los viejos puestos de trabajo ya no están disponibles y nunca lo estarán, enviando al desempleo a largas filas de antiguos contratados quienes se ven obligados a vivir en la miseria. Empresas como Kodak que inició actividades en 1996 con 140.000 empleados, en 2012 cuenta con tan solo 13.
Los empleos de hoy están caracterizados por la temporalidad y salarios reducidos, así los índices de desempleo y subempleo han ido subiendo en forma constante desde promediado los años 90 en Norteamérica, Japón y Europa, todos estos países sufren las consecuencias de métodos productivos basados en las últimas tecnologías, provocando que a millones de trabajadores les sea imposible competir con los nuevos sistemas de producción automatizados.
La nueva era industrial posfordista ha encarado desde el principio una verdadera reducción de plantillas y así la vida está siendo alterada en sus trazos fundamentales. La actividad se ha automatizado, los robots y los ordenadores, con mayor sofisticación cada día, son cada vez más capaces de realizar un mayor porcentaje de tareas más eficientemente y en menor tiempo que nosotros. Ya no es sólo que el hombre se sustituya por la máquina en tareas manuales sino también pensando y ofreciendo respuestas y búsquedas complejas.
Las empresas, cuyo motivo de existencia es el lucro, lógicamente tratan de recortar costes con miras a mejorar márgenes de beneficios y el coste fijo más importante que tienen son los recursos humanos (entre el 18% y el 45%). Se sustituyen trabajadores por máquinas. En este año 2015, una empresa japonesa inaugura un hotel totalmente atendido por robots con precios competitivos de mercado.
La tecnología ha hecho difícil prescindir de ella, pensemos en el ordenador, en el móvil, no es que esté mal el acceso a las nuevas tecnologías, lo que no está bien es no entender el diagnóstico y no actuar en consecuencia. Los teléfonos sin cable han dejado sin trabajo a personas que vivían de trabajos derivados de aquellos teléfonos que nada tenían que ver con los que hoy blandimos en nuestros bolsillos. También los ordenadores cambiaron procesos de producción, eliminaron puestos tradicionales de dirección, en síntesis, la suma es menos, menos puestos de trabajo humanos.
Este podría ser el revés de la historia, lo contrapuesto a la Revolución Industrial que creó una cantidad insuperable de puestos de trabajo, hoy lo insuperable y con tendencia es lo opuesto, una tecnología que propone mano de obra y otra que enaltece que la máquina debe suplantarla.
La tecnología no puede y no debe ser desdeñada, pero debemos saber que deja a la gente fuera de un sistema que ha provocado costumbre, forma de vida. El futuro es sin trabajadores, la productividad sube y seguirá subiendo pero la masa laboral no deja de bajar inevitablemente, en los años venideros con menos del 5% de la fuerza laboral actual se podrá satisfacer el total de la demanda.
En España hay un claro ejemplo que ha convulsionado el mercado panadero, existe una empresa en Catalunya que abastece de pan y bollería a más de 200 panaderías, está fábrica totalmente automatizada solo cuenta con 7 trabajadores.
Mientras los políticos no están interesados más que en su propia supervivencia, en lo pequeño y hablan de miles de puestos de trabajo, los ya ex trabajadores son los nuevos zoombies que no encuentran un molde social. ahí es donde debe entrar esta plataforma de segunda oportunidad.
El futuro de Europa decepciona, no hay gobernantes que den la talla, no hay pensadores y el cambio está aquí. Dicen que habrá trabajo, ¿Qué clase de trabajo? ¿En qué empresas? Las máquinas sustituyen a los humanos en los procesos de fabricación, de venta, de creación y suministro de servicios. Esto nos lleva a estar concretando en la realidad una sociedad no basada en el trabajo, aunque extraña, es otra manera de plantearnos algo nuevo, una sociedad moderna después de todo, que nos conduce a un replanteamiento de las bases del contrato social.
Cada uno a su manera ha vaticinado por décadas el fin del capitalismo, quizá tarde aún en suceder, pero ¿Un capitalismo sin explotados? Riffkin anunció el fin del trabajo ya a mediados de los 90, el problema no está en el cambio sino como lo absorbemos, como hacemos una distribución justa y equitativa de la economía social, reducción de horas de trabajo para repartir la ocupación. Pero si las empresas insisten en tomar más y más ganancias, se hará más profunda la diferencia social existente y esto no sabemos donde termina.
La salida al cambio es de lo que ya se está hablando en muchos países, la instauración de una medida que es un derecho: la Renta Básica Universal. Será una regla de oro para esta nueva sociedad que deja fuera el trabajo como columna vertebral de la vida del hombre. La RBU, tiene como basamento fundamental que pase lo que pase la persona con menos probabilidades tendrá el sustento mínimo y por otro lado será promotora de consumo que tanto necesitan los pequeños comerciantes. Es una solución, más que eso es una necesidad para que la brecha entre los pobres y los ricos, entre los sin trabajo y los que aún perciben, no se convierta en abismal.