El problema, pienso, lo sabemos todos, los medios de comunicación en manos de los poderosos defienden sus privilegios, nada nuevo. A mí lo que verdaderamente me interesa es la solución del problema y no perder el tiempo en comentar unos patrones de comportamiento que nunca han cambiado. En mi opinión un consejo independiente, imparcial, serio, transversal en lo político y sobre todo cualificado para los órganos de comunicación estatales, sería lo adecuado para que el ciudadano recibiera una información con la que formar su propio criterio, aunque me temo que el fin que persiguen es el de formar el criterio, que mejor se adapte a sus intereses, de los ciudadanos.