Un ejercicio de autocrítica de cara a las generales
Las elecciones municipales y autonómicas de ayer han constituido un éxito relativo y han servido, entre otras cosas, para que Podemos pueda estar presente en muchas instituciones nacionales desde donde puede darse a conocer y tener un mayor eco social como ya ha ocurrido en el parlamento europeo o el andaluz, pero los resultados han distado bastante de ser una auténtica alternativa al bipartidismo del régimen actual (PP y PSOE).
Es necesario hacer un ejercicio de autocrítica interna para reformar la estrategia seguida en estas elecciones de cara a enfrentarse a las próximas elecciones generales con mayores garantías para alcanzar el gobierno del estado, derrotar al bipartidismo y poder cambiar así la política nacional que tanto necesitamos los ciudadanos de este país.
Éstas son, a mi modo de ver, algunas de los cambios necesarios:
Las agrupaciones progresistas de ciudadanos para las elecciones municipales han obtenido claramente mejores resultados que la marca Podemos para las autonómicas en los mismos ámbitos electorales. El caso de Madrid es paradigmático: Carmena puede alcanzar la alcaldía de la capital con el apoyo del PSOE, pero Podemos no puede hacer lo propio en la comunidad, teniendo en cuenta además que la ciudad de Madrid siempre tiene un sesgo electoral más conservador que el resto de la comunidad madrileña. La agrupación progresista que ha liderado Manuela Carmena ha cosechado mayores simpatías o menores rechazos que la marca Podemos en Madrid capital. Y lo mismo ha ocurrido en otras grandes ciudades. Esto indica que es necesario una amplia confluencia electoral de todas las fuerzas y movimientos progresistas (Podemos, IU, mareas de todo tipo, Equo, verdes, feministas...), una especie de Syriza que pueda enfrentarse con verdaderas garantías con los partidos del poder en unas elecciones generales.
Programas y declaraciones manifiestamente de izquierdas y progresistas. No hay que tener miedo a definirse claramente de izquierdas. Syriza lo ha hecho y ha alcanzado el gobierno de Grecia. La opción natural de la mayoría de los ciudadanos, que son mayoritariamente trabajadores o pensionistas, es de izquierdas y lo que hay que hacer es convencerles con propuestas claras y concisas en defensa de sus intereses.
El absentismo ha sido muy elevado en estas elecciones, especialmente entre los jóvenes. Es verdad que muchos jóvenes exiliados por motivos laborales en el extranjero no han podido votar por las razones de todos conocidas, pero hay que trabajar mucho más para atraer el voto de los abstencionistas en general y el de los jóvenes en particular. La lucha por conseguir que los residentes en el extranjero puedan votar tiene que ser una prioridad para todos nosotros, especialmente para nuestros representantes.
Las formas de los procesos electorales internos en los partidos políticos son muy importantes para la confianza de los ciudadanos en los diferentes partidos. En este sentido, la mayor democracia participativa y pluralidad democrática de las agrupaciones progresistas municipales es el modelo a seguir, frente a la escasa pluralidad democrática registrada en las elecciones al Consejo Ciudadano nacional de Podemos donde todos sus componentes son miembros de una misma lista.
En resumen, se ha dado un gran paso en estas elecciones municipales y autonómicas, pero es necesario ir más allá con posturas más generosas con otras formaciones afines y con guiños más seductores para atraer a los electores más desencantados con las políticas convencionales si queremos ganar las elecciones generales y realizar un gran cambio en la sociedad.