Si bien es cierto que una agencia espacial en un país pobremente desarrollado en la industria aeroespacial no es muy coherente, y aún cuando se diga que no hay plata o que hay cosas más prioritarias (las hay) sea en general (grave crisis de acceso a la vivienda, problemas de trabajo, primera infancia, etc.) o más específicamente en lo militar (gran parte del subalternado bajo la línea de la pobreza, gravísima crisis material y de recursos especialmente en la FAU y en la Armada, o que se puede considerar más necesario el desarrollo inmediato de la defensa cibernética) el proyecto ya lo venían cocinando desde hace unos pocos años los altos mandos de la FAU según lo dicho en la prensa, y es una buena idea obligarnos a dar este salto tecnológico, científico y de defensa con visión a futuro, y dejar de quedarnos en la miseria tecnológica y el modelo totalmente obsoleto y subdesarrollado de un país exclusivamente agroexportador.
La industria aeroespacial es algo de largo y muy largo plazo, y como país con pocos recursos y mentes científicas (que de paso se nos fugan por lo poco competitivo del país), ese largo tiempo que tomaría crear una plataforma de estas características puede volverse menos corto cuanto antes empecemos. Ya hay países (China) creándose su propia estación espacial, al mismo tiempo que la colaborativa EEI accesible para todo país capaz de ir al espacio, se está oxidando sin un reemplazo democrático. Además, el desarrollo de esta área es importante para el futuro de la humanidad, como decían y dicen científicos de primera línea en el mundo.
En términos espaciales estamos verdaderamente indefensos, no solo de las amenazas humanas (a estas alturas deberíamos dejarnos de tantas guerras entre nosotros) sino también de las exteriores, como los meteoritos y asteroides, que tarde o temprano llegarán a la Tierra con consecuencias catastróficas (las posibilidades son bajas, pero aumentan con el paso del tiempo). Tener un sistema de defensa al estilo de las películas para desviar o destruir este tipo de amenazas sería algo deseable. Podríamos dejar volar nuestra imaginación un poco y pensar en la defensa en caso de que exista la vida extraterrestre inteligente, y que esta fuera hostil, pero eso ya sería para muchos delirar demasiado.
Algo a tener en cuenta y que podría ser motivo de discordia es si el organismo o entidad espacial sea civil o militar. Si la hacemos militar, tenemos también el tema de los tratados internacionales suscritos que velan por la no militarización del espacio y cómo compaginamos eso con una fuerza militar espacial (ya hay un antecedente y es la Fuerza Espacial de EEUU, hay otros organismos militares con alcance espacial pero o son fuerzas multinacionales o si no son ramas de otras fuerzas terráqueas https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_space_forces,_units,_and_formations).
Pienso que dentro de las posibilidades actuales del país, esta fuerza estaría más dedicada a la presencia tecnológica y no tanto humana del espacio, como lanzar satélites militares, monitoreo desde el espacio, labor de inteligencia, etc. Lo de misiones espaciales tripuladas a lo Stargate (sin los portales en forma de anillo etc.) ya sería demasiado económicamente. Ya la carga impositiva del país es demasiada ahora mismo, y un organismo aeroespacial es algo que insume muchísimo dinero para su buen desarrollo como para bancarlo con los recursos actuales, cantidades que solo países de primer mundo, organizaciones multinacionales como la Unión Europea o multimillonarios excéntricos pueden permitirse.
Para suplir parte de las carencias iniciales, esta fuerza espacial podría beneficiarse mucho de los acuerdos de defensa y de las prácticas conjuntas (y pienso que sería vital para su éxito que participe en ellas).
Para empezar los únicos capacitados para estar en esta fuerza serían parte de los miembros de la FAU que podrían especializarse para formar parte de la nueva fuerza. Y debería crearse una institución de educación específica ("Escuela Militar Astro[o Cosmo]náutica") o añadir cursos específicos en la EMA, para formar al nuevo personal desde cero y con un enfoque adecuado desde el principio.