Buenas compañer@s. Si algo he aprendido en los últimos años ha sido a darme cuenta poco a poco (y lo que me queda) de que en el combate de la vida, y especialmente en el combate que estamos sosteniendo contras las "fuerzas oscuras", se puede llegar a ser invencible si se sabe mantener la actitud correcta. ¿Qué fácil es decirlo verdad? Pues sí, muchísimo más fácil que hacerlo, pero creo que nosotr@s tenemos esa capacidad. Es más, es imperativo que la tengamos.

Imaginemos un troll. Un troll se asemeja a la Casta en que, al igual que los virus, ambos se nutren de las debilidades ajenas (insolidaridad, avidez, egoísmo, miedo, ceguera, ignorancia, etc.).

Debemos aprender a ser en todo momento coherentes con el espíritu del 15M. Ese que no se puede encasillar, que es inaprehensible porque representa a la Inteligencia Colectiva y trasciende las individualidades. En este sentido, Podemos lo ha hecho francamente bien.

Sin embargo, aún nos quedan flecos importantes que resolver. Uno de ellos, como bien dice Anarxy, dejar bien claro que cuando decimos que estamos a favor de los Derechos Humanos y en contra de la injusticia, esto conlleva aparejado condenar cualquier situación donde se puedan estar produciendo injusticias o atentando contra las libertades, con independencia de si sucede en Cuba, Venezuela, Qatar o la propia España.

Esto no significa que debamos dejar de condenar lo que pueda estar aconteciendo en Venezuela porque lo diga o deje de decirlo la Casta. Responder a sus preguntas de lo que opinamos sobre lo que sucede en Venezuela no debe llevar aparejada una cierta ambigüedad por mor de no entrar en su juego,sino como bien dice Anarxy, decir lisa y llanamente lo que pensamos honestamente y si eso supone condenar una situación o proceder determinados, hacerlo sin tapujos.

Lo mismo si nos preguntan sobre Venezuela o Cuba que sobre España, Qatar, Corea del Norte, Ucrania o la Conchinchina.

Tenemos que entender que Podemos es la primera piedra de una herramienta destinada, no ya a teñir de un determinado color las políticas que han de traer el cambio y la redignificación social, sino sobre todo a revolucionar nuestra forma de entender la realidad.

Aún somos inconscientes de lo que podemos llegar a conseguir. No son sólo mejoras carcelarias, no. Se trata de escapar de la cárcel del dualismo y de la lucha de pares de opuestos que degenera en bipartidismo. Se trata de entender que la realidad es mucho más que aquello que percibimos en el exterior y que lo material es la consecuencia y no al revés. El viejo paradigma trata de convencernos de que la crisis es algo que depende de una realidad económica, como si esta pudiera existir al margen de la voluntad política.

Estamos en plena Era del Cambio y tenemos mucho por descubrir sobre cómo cambiar el mundo. Algún día nuestros nietos se sorprenderán de lo arcaico que era nuestro paradigma en comparación al suyo. ¿Para qué perder más tiempo? Tenemos que empezar a empoderarnos ya y empoderarse significa ser conscientes de nuestro poder como seres humanos.

Nuestro poder es ilimitado. Podemos conseguir que mañana eso que llamamos Casta y los medios televisivos se queden sin palabras. Se trata de ponernos enfrente de ellos, de no mantener al bicho, sino de dejar de alimentar al troll.

Esto no se consigue dejando de hablar de Venezuela por miedo a entrar en su juego, sino respondiendo amable y honestamente a sus preguntas con la inocencia de un niño, pero con la sabiduría de una serpiente.

Abrazos.